El pasado diciembre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea presentó el Pacto Verde de la UE, conocido también como EU Green Deal, cuyo objetivo principal es convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Fruto de este Green Deal nace el nuevo Plan de Economía Circular que se lanzó el pasado 11 de marzo.
Según este Plan la aplicación de los principios de la economía circular provocará un incremento potencial del PIB del 0,5% para el 2030 creando alrededor de 700 000 nuevos puestos de trabajo. Se convierte en una nueva oportunidad para la empresas, que emplean el 40% de su inversión en la compra de materiales y materias primas, lo que supondría un importante ahorro si conseguimos cerrar el círculo.
Además el 80 % del impacto medioambiental del producto se definen en la fase de diseño, por lo que habrá que hacer énfasis en la promoción de la Eco-innovación, dejando atrás la eco-eficiencia para dar paso a la eco-efectividad, que pretende un diseño basado en modelos naturales. Sirva de ejemplo el modelo “cradletocradle” (de la cuna a la cuna) propuesto por Willian McDonough y Michael Braungart, frente al modelo de economía lineal “cradletograve” (de la cuna a la tumba). El modelo “cradletocradle” se basa en modelos naturales para el diseño que elimina el concepto de residuo.Eliminar el concepto de residuo significa diseñar las cosas -los productos, los embalajes y los sistemas- desde su puro origen pensando que no existe el residuo. Debemos cambiar nuestro modelo de diseño, buscando procesos de “supraciclado” que permiten mantener la alta calidad de las materias primas en un ciclo cerrado industrial. Según estos autores: “Henry Ford practicó una forma temprana de supraciclado cuando mandaba sus camiones Modelo A en un cajón de madera que, al llegar a su destino, se convertía en la caja de carga del vehículo.”[1]
El plan presenta una serie de iniciativas enfocadas a conseguir productos más sostenibles y transformar patrones de consumo en los que no se produzcan residuos. Una de estas iniciativas es poner en valor el producto como servicio (product -as-service) o en los que los productores mantienen la propiedad del producto y la responsabilidad por su uso en el período de vida del producto. Estos modelos llevan algunos años en funcionamiento como es el caso de “Wrent-a-Wreck” que compra vehículos usados, y los aprovecha de manera exitosa con un mantenimiento mínimo, tal y como expone Stahel en “Economía circular para todos” [2]. Otro modelo producto-as-service fue Eco-Compass, una iniciativa ya antigua de Xerox que refabricaba, reutilizaba o reciclaba 80000 fotocopiadores que recuperaba cada año, convirtiendo el producto en servicio.
Otra de las líneas clave de este plan es el protagonismo que adquiere el consumidor, puesto que podrá conocer información certera del producto en el punto de venta, la durabilidad del producto, la disponibilidad de servicios de reparación.
El poder de compra de las autoridades públicas representan el 14 % del PIB de la Unión Europea, lo que supondrá un elemento muy relevante para promocionar la demanda de productos sostenibles a través de administraciones públicas.
El Plan de Economía circular hace especial hincapié en siete cadenas de valor clave: Dispositivos electrónicos, baterías y vehículos, packaging, plásticos, textiles, construcción, comida, agua y nutrientes.
El sector textil es la quinta industria en emisiones de gases de efecto invernadero, sin olvidar su enorme consumo de materias primas y agua. El sector textil en la UE está formado de manera predominante por Pymes que están recuperando su actividad, tras un largo proceso de reestructuración, lo que suponía que el 60 % de la producción se realizaba fuera de la Unión Europea. Este plan presenta un nuevo modelo de producto sostenible desarrollando medidas de ecodiseño y fomentando su demanda entre los consumidores.
El sector de la construcción supone el 35% del total de residuos producidos en la UE, además de aportar entre un 5 y un 12 % en la emisión de Gases de efecto invernadero. Para este caso la UE lanza una Estrategia para construcción sostenible.
Según el informe que publicó la Fundación Ellen McArthur «Completing the picture how the circular economy tackles climate change»[3] el total de emisiones producidos por el sector alimentario se espera que se incrementen de 8400 millones de Tm CO2 para llegar a los 11400 millones en 2050. No se olvida el Plan de darle una gran relevancia al residuo alimentario ya que un 20 % del total de los alimentos producidos en la UE se pierde o se desperdicia. Por ello, apoyándose en el ODS12 Producción y consumo responsable, presenta la estrategia EU Farm-to-Fork que se fijara en la cadena de valor alimentaria.
Este plan aborda también el problema de la exportación de residuos a otros países, como una posible oportunidad de modelo de negocio enfocado al reciclaje de estos residuos, en la que la UE propone concentrar esfuerzos en el diseño de productos, garantizando la seguridad y la calidad para convertir “recycled in the EU” una referencia de calidad de los materiales secundarios.
EL modelo circular supuso un incremento del 5 % en puestos de trabajo entre 2012 y 2018. Se espera que en el futuro sea una palanca para la creación de puestos de trabajo muy vinculados a la transición verde y la inclusión social a partir del Plan de Acción European Pillar of Social Rights.
Este plan tiene en cuenta incluso los aspectos económicos, para los que han preparado unos criterios de Ecoetiqueta para productos financieros.
El nuevo Plan estratégico para Pymes propone promocionar la colaboración entre ellas, bajo la supervisión de la Red Europea de Empresa y con la transferencia de conocimiento por parte de European Resources Efficiency Knowledge Center.
Para ver la importancia de adquirir un nuevo modelo económico nos apoyamos también en el informe que publicó la Fundación Ellen McArthur «Completing the picture how the circular economy tackles climate change» explicaba la importancia de implementar modelos circulares en industrias como la alimentaria, siderúrgica, cemento, plásticos y aluminio, que supondría una reducción del 45 % de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan.
Una de las conclusiones que se obtuvo de un estudio entre más de 1500 empresas de cinco países europeos reveló que el uso de la innovación enfocada al medioambiente ha aumentado las ventas un 16% de las empresas encuestadas.
Es posible que este desafío quede eclipsado por la pandemia que nos azota, la naturaleza nos vuelve a dar una lección de humildad. A partir de ahora deberemos reformular un nuevo modelo empresarial y una revisión profunda de la Agenda2030, pero que será una oportunidad de nuevos modelos de negocios más sociales, enfocados a minimizar el impacto medioambiental y promover así, alianzas entre organizaciones locales o regionales, proporcionando mayor resistencia, capacidad de innovación y creación de valor. Aquellas empresas cuyo propósito se sustente en estos modelos es posible que tengan la clave de un mundo más sostenible.
Post de Jorge Alonso Alonso. Miembro de la Junta Directiva de Visión Responsable
[1] Cradle to Cradle. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas” Michael Braungart/William McDonough. McGraw-Hill 2005
[2] “Economía circular para todos. Conceptos básicos para ciudadanos, empresas y gobiernos.
[3] «Completing the picture how the circular economy tackles climate change» de la Ellen MacArthur Foundation la #economíacircular