Hace algún tiempo, reflexionando sobre la historia de ESFORMA S.COOP., nos detuvimos en su origen cooperativo. Nuestro objetivo era buscar sinergias de tres personas que lanzaban su proyecto empresarial, con una incertidumbre e ilusión enormes. No era fácil salir de la zona de confort y enfrentarse a los nuevos retos.

Desde el principio gozamos de una conciliación familiar que nos garantiza la satisfacción de nuestras necesidades personales. Todos participamos de las decisiones de la empresa, compartimos nuestro propósito y elegimos nuestra MISIÓN, VISIÓN y VALORES; y todo eso hace que nos sintamos necesarios en la empresa. Colaboramos con pequeñas empresas y autónomos que nos aportan valor y nos ayudan a crecer.

Un día, participando en unas jornadas en la Cámara de Comercio de Valladolid sobre creación de Memorias de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa, nos dimos cuenta de que, sin saberlo, estábamos desarrollando algunas iniciativas que se podían medir con los indicadores de desempeño de las estrategias planteadas en esas jornadas y así nos “enamoramos” de la RSC.

Pensamos que el comportamiento de las pymes y micropymes es fundamental para la sensibilización de sus stakeholders, mediante comportamientos ejemplares y ofreciendo la posibilidad de tejer redes colaborativas y que refuercen la economía circular.

En los últimos tiempos, tenemos especial inquietud por la sensibilización medioambiental y las iniciativas de activación para el empleo. Buscamos el camino para conseguir que las personas estén motivadas y activas frente a los nuevos retos sociales, laborales, medioambientales y económicos. Nos fijamos en algunas plataformas como World Without Oil que, aunque antiguo, se trata de un juego masivo que nos interpela sobre los problemas y soluciones que encontraríamos en un mundo sin petróleo y encontramos sorprendentes propuestas e iniciativas propuestas por todo el mundo y que pueden llegar a ser el germen que dé lugar a soluciones reales.

Recordamos también la plataforma FOLDIT que, gracias al trabajo colaborativo, permite el diseño de estructuras terciarias de proteínas para vacunas y fármacos contra algunas enfermedades de una forma lúdica: simplemente resolviendo puzles.

Otra iniciativa, Superstruct de Institute for the Future, buscaba crear estructuras y grupos multidisciplinares que propusiesen soluciones para resolver problemas económicos, medioambientales y sociales a través de la gamificación. De esta forma cada participante se siente parte de la solución, consiguiendo unos resultados sorprendentes.

También es importante fomentar los comportamientos saludables, como la iniciativa The Fun Theory, una de las más conocidas de Volkswagen. Que ha convertido la escalera de una de las estaciones de metro más concurridas de Suecia en un enorme piano donde cada peldaño es una gran tecla. Simplemente con esta iniciativa, el 66% de las personas empezó a utilizar las escaleras convencionales.

Estas son sólo algunas de las iniciativas respaldadas por el éxito y que han conseguido grandes resultados.

Basándose en análisis e investigaciones como la “Self Determination Theory” de Deci y Ryan, o el estudio científico “Beyond Boredom and Anxiety” de Csíkszentmihályi que se centra en la motivación intrínseca, se han desarrollado metodologías que consiguen que la gente participe en estas iniciativas hacia el bien común: preservar el medio ambiente, empatizar con los demás, obtener los mejores resultados a nivel laboral, etc…

Por esto nos planteamos ¿y si utilizamos estás técnicas para conseguir motivar a nuestros Stakeholders y que los criterios Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno calen en toda la sociedad?

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